14 DE MARZO. San Valentín. ¡Casualidad! O no… Ha tocado la película que debería ser obligatoria para adolescentes, jóvenes y familiares: TODAS LAS MUJERES QUE CONOZCO, de Xiana do Teixeiro. Aparte de comprobar lo melodioso del gallego -a pocos días de las elecciones en esa comunidad-, y de la técnica narrativa tan original que invita al debate a través de un documental, esta estimable película ha logrado de nuevo uno de sus propósitos: que, especialmente, las estudiantes cuenten sus experiencias personales y transmitan sus miedos a ocupar el espacio público, un espacio en el que, en ciertas circunstancias, sigue predominando el miedo a una posible agresión sexual por parte del hombre. También ha surgido el sempiterno debate sobre las cifras «reales» de este tipo de acoso, según las fuentes y los oídos que intervengan…
Estudiantes de los IES «Miguel Servet» y «Corona de Aragón» han aplaudido, discutido, llorado, comentado y proyectado lo que acababan de ver en la pantalla de la Filmoteca.
Gracias a ellos y a su profesorado, la pantalla se extiende a la sala y nos deja con rabia, con interrogantes e intranquilidad, pero con la certeza de que es un mal «estructural» -como dice la guía y ha recalcado un profesor- que hay que corregir.